Ubicado en Miyajima (literalmente “Isla de santuarios”), Itsukushima es el santuario más notorio de esta isla. Uno de los puntos turísticos más famosos de la isla y de todo Japón es el arco torii de la isla. El santuario y el arco torii llaman la atención porque fueron construidos sobre el agua, lo que aparenta que están flotando durante marea alta.
El complejo del santuario consiste en varios edificios, incluyendo una sala de oraciones, una sala principal y un teatro de noh que se encuentran conectados por puentes de tablas sostenidos por pilares sobre el mar. La isla de Miyajima tiene un largo historial como un lugar sagrado para el sintoísmo. La elevación más alta de la isla, la Montaña Misen era adorada por la gente local desde el siglo VI. En 1168, Taira no Kiyomori, el señor feudal más poderoso de Japón durante el periodo Heian seleccionó a esta isla como la ubicación del santuario de su clan y construyó el santuario de Itsukushima.
El estilo arquitectónico del santuario pertenece al shinden zukuri, un estilo del periodo Heian popular en las construcciones de residencias para la corte y la clase noble. Otro ejemplo de este estilo arquitectónico es el Palacio Imperial de Kyoto. El santuario se encuentra en una pequeña ensenada, mientras que el torii se encuentra en una bahía. Ambos puntos se encuentran comunicados por varias sendas que tienen una vista al mar.
Cuando se pone el sol, el santuario y el torii están iluminados, lo que ofrece una bella vista para aquellos que se animan a quedarse en algún ryokan cercano. Aunque no se puede entrar al santuario de noche, existen varias guías turísticas en bote alrededor de la isla. El curso dura treinta minutos y lleva a los pasajeros alrededor de la bahía y a través del torii (sólo en marea alta).
Dentro del santuario, los principales atractivos son el santuario principal, que está dedicado a tres diosas; el hirabutai, un escenario amplio al descubierto que representa un jardín; el takabutai, un escenario donde se interpreta bugaku, música tradicional japonesa; el soribashi, un puente arqueado que servía para la entrada de mensajeros reales; el noh butai, escenario donde se interpretaban obras de noh; y el kairo, un pasillo amplio que conecta los diferentes pabellones del santuario.