Hachiko es quizás el perro más famoso de Japón. La lealtad que el perro mostró a su dueño por años, incluso después de la muerte de este, conmovió a todo el país.
La historia de 忠犬ハチ公 (“Hachiko el perro fiel”) es famosa en todo Japón. Nacido en 1923, fue adoptado al siguiente año por el profesor Hidesaburo Ueno, quien impartía clase en el departamento de agricultura de la Universidad de Tokyo. El akita acudía a saludarlo al final del día cerca de la estación de Shibuya, y la rutina cotidiana duró un par de años, hasta que en 1925 el profesor Ueno no regresó. Después de sufrir una hemorragia cerebral falleció, pero Hachiko lo seguía esperando en la estación fielmente todos los días a la hora precisa en la que llegaba su tren.
Con el paso del tiempo, Hachiko comenzó a llamar la atención de la gente que frecuentaba la estación. Muchos de ellos ya lo habían visto antes junto al profesor Ueno. La reacción de los trabajadores al principio fue de rechazo, pero tras la aparición de varios artículos que le dieron fama, la gente comenzó a darle comida mientras esperaba el regreso del profesor.
Un día Hirokichi Saito, uno de los alumnos de Ueno vio al perro en la estación y decidió seguirlo hasta el hogar de Kikuzaboro Kobayashi, el jardinero de Ueno, de quien aprendió la historia de Hachiko. Después de hablar con Kobayashi, el estudiante visitaba con frecuencia a Hachiko y con el paso del tiempo publicó artículos de periódico en los que elogiaba la lealtad del perro. En 1932 adquirió fama en todo el país al ser publicado un artículo en el periódico nacional Asahi Shinbun. Maestros y padres de familia veían a Hachiko como un ejemplo de unión familiar que los niños debían seguir.
Después de nueve años de ir a la estación a esperar a su amo, Hachiko murió en 1935 en las calles de Shibuya. Investigaciones recientes determinaron que el akita murió por cáncer terminal y parásitos. Tras su muerte, el cuerpo de Hachiko fue disecado y se puede ver en el Museo Nacional de Ciencia de Japón en Ueno, Tokyo.
Un monumento erigido en su memoria se encuentra en el cementerio de Aoyama. Sin embargo, el monumento más famoso del perro se encuentra en la estación de Shibuya, y fue erigido en 1934 cuando Hachiko seguía con vida. Lamentablemente el monumento original fue reciclado durante la crisis de la Segunda Guerra Mundial, pero una segunda estatua fue comisionada al hijo del escultor original en 1948.
En conmemoración de Hachiko, cada 8 de abril se lleva a cabo una ceremonia en la que cientos de amantes de los perros llevan a sus mascotas, y en 1994 se lograron reconstruir fragmentos de audio en los que se habían grabado los ladridos de Hachiko. Estos fueron transmitidos en la Emisora Cultural Nipona el 28 de mayo del mismo año, y millones de radioescuchas sintonizaron para escucharlo.
Es una historia muy bonita. Hay más parecidas a lo largo de todo el planeta, pero ésta en concreto es preciosa.
Muchos perros tienen valores de fidelidad que ya quisieran muchos humanos.