La venta de historietas en Japón tuvo un crecimiento impresionante en la época de la posguerra. Con la aparición del ilustrador Tezuka Osamu, leído por la generación de los baby boomers, surgió el género del manga.
Con el crecimiento de esta generación, para la década de 1960 el género se diversificó, abarcando temas para distintas generaciones, desde los más pequeños hasta gente en sus treintas y cuarentas. Series importantes de manga que después se volvieron anime son Mazinger Z, Sailor Moon y Ranma 1/2.
Hoy en día, el manga es toda una industria. Se estima que en el 2010 las ventas de manga representaron el 24.2% en dinero y el 39% en volumen de ventas de libros y revistas en todo Japón. Se pueden encontrar mangas para niños, para jóvenes y para gente adulta. Estos abarcan desde temas cómicos o de amor hasta históricos o documentales.
Desde 1990 comenzaron a aumentar las exportaciones de mangas a Europa, América y otros países de Asia. En gran medida la transmisión de series animadas en estos países despertó el interés en este género de historietas.
Del manga al anime
Indiscutiblemente, el anime se fue desarrollando a la par que el manga. Los primeros grandes ejemplos de anime fueron Astro Boy de Tezuka Osamu, y Space Cruiser Yamato (1977) de Matsumoto Reiji. Luego siguieron series igualmente exitosas como Crayon Shinchan, Doraemon y Pokemon. Este último se ha vuelto una de las franquicias más grandes, y se ha diversificado a otras industrias como la de videojuegos.
Uno de los representantes más importantes de largometrajes de anime actualmente es Miyazaki Hayao. Siendo director de Estudios Ghibli, Hayao llevó a la pantalla grande Mi vecino Totoro, El viaje de Chihiro y La princesa Mononoke. Todas ellas han sido bien recibidas por el público internacional. Miyazaki invita a través de sus películas a la reflexión sobre la relación del hombre con la naturaleza.
9 thoughts on “El fenómeno del manga y del anime”