El origami es un arte centenario de Japón muy popular en el mundo. ¿Quién no ha hecho un avión o una grulla de papel? Desde que Akira Yoshizawa diseñó un lenguaje para transmitir de manera sencilla los pasos para crear obras en origami, este arte se volvió cada vez más complejos. Más allá de las figuras sencillas se pueden crear ahora verdaderas obras de arte, como peces con escamas definidas, o ranas con incluso dedos detallados.
Pero no sólo se puede hacer arte. Hoy en día el arte del origami se ha combinado con disciplinas como matemáticas, óptica o medicina para resolver problemas prácticos. El físico estadounidense Robert Lang, aparte de sus estudios en ingeniería se concentró en el estudio del origami. El doctor Lang, además de exhibir obras de arte en origami de diseños complejos también ha propuesto el uso de esta disciplina para resolver problemas dentro de la ciencia.
Mediante el estudio de los principios del origami y el diseño de modelos matemáticos por computadora, el doctor Lang ha logrado resolver problemas como comprimir un telescopio de 100 metros de diámetro a una circunferencia de 5 metros para poderlo mandar empacado al espacio en cooperación con el Lawrence Livermore National Lab. Gracias al Origami, la Agencia de Exploración Espacial de Japón logró mandar una vela solar que estuviera compacta y que se desplegara en el espacio.
En el área de medicina también ha logrado solucionar problemas. La Universidad de Oxford diseñó un stent que permite mantener abierta una arteria bloqueada cuando llega a su destino. Sin embargo, durante el recorrido debe permanecer compacto. Este último diseño está basado en el sencillo diseño de “bomba de agua”, un diseño muy básico a partir del cual se crean varias figuras simples en el Origami.