La mina de Matsuo al norte de Japón abrió en 1914 y cerró en 1968. En su época era la mina de azufre más grande en Asia. El poblado consistía de 4 mil obreros y más de 15 mil habitantes que se asentaron en esta ciudad hechiza en las montañas de Hachimantai. La ciudad era conocida como “el paraíso sobre las nubes”, pues contaba con apartamentos de lujo cerca de la neblina de la costa, que en ocasiones no permite ver la ciudad a lo lejos.
De ciudad minera a pueblo fantasma
La mina cerró en 1969 y debido a que la ciudad dejó de tener un propósito, sus residentes la abandonaron eventualmente, convirtiéndose efectivamente en un pueblo fantasma. El complejo consiste en once edificios de cuatro pisos cada uno que han sido abandonados y poco a poco se han ido degradando por el paso del tiempo y la acción de la naturaleza, dando un ambiente tenebroso y postapocalíptico. Incluso se pueden encontrar objetos comunes en apartamentos y escuelas, lo que sugiere que el abandono fue rápido.
Los edificios estaban diseñados de manera sistemática y funcional, se pueden encontrar por ejemplo departamentos para trabajadores solteros, para trabajadores casados y para familias. Debido al paso del tiempo, la vegetación ha comenzado a ganar terreno, y se pueden encontrar plantas en el interior, o edificios con fisuras debido a las raíces. La combinación de la naturaleza y la mano del hombre da la oportunidad de tomar fotografías interesantes. Si te gustan los pueblos fantasmas, recomiendo que revises este otro artículo sobre Gunkanjima.