El arte pop de Takashi Murakami
Las pinturas, esculturas y globos de Takashi Murakami son coloridos y atractivos, y hacen referencia a personajes de caricatura. Murakami utiliza su profundo entendimiento del arte occidental para integrar su obra a su estructura, trabajando dentro de la “japoneidad” como una herramienta para revolucionar el arte. Como artista, Murakami cuestiona las líineas entre el Este y Oeste, pasado y presente, arte serio y cultura popular. En fechas recientes Murakami sorprendió al mundo con su colaboración con Louis Vuitton, con lo que pone a prueba la división entre arte y producto.
Las pinturas, esculturas y globos de Takashi Murakami son coloridos y atractivos, y hacen referencia a personajes de caricatura. Murakami utiliza su profundo entendimiento del arte occidental para integrar su obra a su estructura, trabajando dentro de la “japoneidad” como una herramienta para revolucionar el arte. Como artista, Murakami cuestiona las líineas entre el Este y Oeste, pasado y presente, arte serio y cultura popular. En fechas recientes Murakami sorprendió al mundo con su colaboración con Louis Vuitton, con lo que pone a prueba la división entre arte y producto.
Takashi Murakami nació en Tokyo en 1963 y se recibió de la Universidad Nacional de Bellas Artes y Música de Tokyo. Ha presentado diversas exposiciones en la galería Marianne Boesky en Nueva York; la Fondation Carter pour l’art contemporain en París; el Museo de Arte Contemporáneo de Tokyo; el Museo de Bellas Artes de Boston; y la Galería Emmanuel Perrotin en París, entre otros. Murakami es conocido por su personaje recurrente, Mr. DOB quien aparece en playeras, pósters, cadenas y otros productos. También ha dado vida a esculturas tridimensionales.
Al proponer un replanteamiento de “Japón” a aquellos dentro y fuera de la isla, Murakami mantiene un compromiso por promover el arte japonés al mundo.
Como curador, Murakami busca cuestionar las nociones de historia y cultura. Su exhibición en tres partes titulado Superflat ha dado la vuelta al mundo, de América y Europa, y ha intentado introducir a artistas, animadores, caricaturistas, etcétera a audiencias internacionales bajo la premisa de que dichas categorías creativas no son tan rígidas como el sistema japonés, y que pueden ser concebidas como arte. Su última instalación Little Boy sugirió una nueva interpretación de la historia a través de una exposición de matices políticos sobre la Bomba A y la cultura popular japonesa de la posguerra.
Al proponer un replanteamiento de “Japón” a aquellos dentro y fuera de la isla, Murakami mantiene un compromiso por promover el arte japonés al mundo. Dos veces al año lleva a cabo el festival GEISAI en Japón para talentos emergentes, y su compañía Kaikai Kiki apoya y administra a un grupo de jóvenes artistas. “Llegar a ser un ejemplo viviente del potencial del arte” es la fuerza que motiva a la obra de Takashi Murakami.
Otra de sus exposiciones más famosas fue “Murakami en Versalles”, una exposición de sus obras en el Palacio de Versalles, lo que lograba un gran contraste visual.