28 marzo, 2024

Isla Sado

isla Sado

Con una extensión de 855 kilómetros cuadrados, la isla Sado es relativamente una isla grande en el mar de Japón situada a 45 kilómetros al noroeste de Niigata, la ciudad más grande de la región de Hokuriku. La topografía de la isla es única, con dos cadenas montañosas que corren paralelas de mil metros de altura. La isla ha servido como puerto en rutas marinas dentro del mar de Japón desde tiempos antiguos, y el arroz se ha cultivado en la planicie central por más de 2 mil años. Desde el siglo VIII la isla fue utilizada como una colonia para prisioneros y disidentes. Algunos exiliados llevaron prácticas culturales de la isla principal, lo que contribuyó al desarrollo de una cultura distintiva de Sado. Pero más que nada, la isla es famosa por ser haber sido la productora de oro y plata más importante de Japón que provocó una fiebre de oro durante el siglo XVII.

Mina islas Sado

Cuando se menciona Sado entre los japoneses, lo primero que viene a la mente son sus minas de oro. El oro fue descubierto en la isla en 1601 y se piensa que se extrajeron 78 toneladas desde entonces hasta 1989, cuando la mina cerró. Los restos de las minas todavía se pueden encontrar en el área de Aikawa al Oeste de la isla. Las grutas de las minas se extienden a más de 3 mil metros de Este a Oeste y 600 metros de Norte a Sur.

Dohyu no wareto

Algunas grutas se encuentran abiertas para los turistas. En el interior se encuentran figuras animatrónicas de modelos realistas para ilustrar cómo se cavaba y extraía agua a mano desde el siglo XVIII hasta la segunda mitad del siglo XVIII. Los visitantes además pueden ver equipo más reciente como camiones mineros y máquinas para destruir la piedra. Prácticamente se pueden ver los 400 años de historia de la mina en exhibición. Además, el Dohyu no Wareto, una montaña partida en dos es el resultado de la excavación continua, y ofrece una vista impresionante del exterior de las minas.

barcos bañera

Durante el periodo Edo (1603 – 1867), Aikawa prosperó como un pueblo minero lleno de técnicos y oficiales que operaban las minas. La población era de aproximadamene 50 iml residentes en el siglo XVII. El oro y la plata salían de Ogi, un puerto al sudoeste de la ciudad. Las calles empedradas del puerto, sus canales y las casas datan de hace más de 200 años, cuando el pueblo alcanzó su apogeo. Ogi también es conocido por sus barcos en forma de bañera que tienen un remo anexado. Generalmente son utilizados por las mujeres para recolectar conchas, abulones y otros pescados y mariscos originarios de los cabos de la isla. Aunque son inestables, un paseo en estos botes es popular entre los turistas.

noh

Los exiliados enviados a Sado eran monjes budistas e incluso un antiguo emperador japonés que había sido derrotado por la clase samurái. Zeami, un dramaturgo del teatro noh también estaba entre ellos. El noh se desarrolló en la isla por medio de los esfuerzos de los oficiales del gobierno, y la tradición continúa hasta hoy en día con teatros noh en 33 lugares. Ubicados en santuarios, los espectáculos de noh se dedican a sus divinidades y se pueden ver cada fin de semana de junio a agosto.

Taiko

Aparte del noh, las canciones populares traídas por marineros y espectáculos de marionetas fueron introducidos de Kyoto, lo que contribuyó al enriquecimiento de la cutura de la isla. Una tradición que ha pasado por generaciones es la danza del demonio del tambor en la que los hombres se visten de demonios y bailan al ritmo del taiko. En años recientes este arte ha sido perfeccionado por ensambles como Kodo, un grupo basado en la isla que con frecuencia tiene giras internacionales.

Con el choque de corrientes cálidas y frías en sus costas, el mar que rodea a la isla Sado es uno de los mejores lugares de pesca en Japón. Se pueden encontrar varias especies de cangrejo en el mercado que siempre ofrece productos frescos. También el sake es una especialidad de la isla, con cinco destilerías basadas en Sado. Estos se suelen servir en mumyoi, tazas hechas con arcilla de las minas. Gracias a la gente que llegó en busca de oro y plata, la cultura de la isla Sado continúa atrayendo a viajeros que desean experimentar las tradiciones de su larga historia.

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