28 marzo, 2024

La generación del cambio de Japón

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Durante las dos décadas pasadas, expertos han indicado diversos problemas económicos que enfrenta Japón. Expertos tanto dentro del país como fuera han sugerido la necesidad de reformas necesarias en un país que utiliza el mismo sistema que utilizó en la época de la recuperación de la posguerra. Los políticos han fracasado en sacar a Japón adelante, y las reformas económicas de Abe están por verse si traen los cambios estructurales deseados. Sin embargo, fuera del gobierno existe una generación de reformadores liberales que intentan traer un nuevo cambio.

En una serie de entrevistas llevada a cabo por la revista de política internacional Foreign Affairs, la mayoría de las personas entrevistadas tienen una postura de cambio social. Para la mayoría, tienen un enfoque más global, liberal, individualista y emprendedor que sus padres. Llamados normalmente los nana roku sedai o “la generación del 76”, estos emprendedores tecnológicos que nacieron alrededor de 1976 hoy en día se han vuelto influyentes.  Esta generación tiene menos preocupaciones sobre la carga histórica de la Segunda Guerra Mundial y el consumismo durante la burbuja econ{omica. Tienden a conocerse y apoyarse mutuamente a través de las redes de negocio como el Foro Económico Mundial de Davos y la  Sociedad Japonesa de Nueva York. Aunque son personas influyentes y que cuentan con el apoyo del gobierno, todavía falta por ver el cambio que traerán al sistema político. Por ahora se han encargado de resolver problemas sociales por cuenta propia.

La generación del 76 está reconstruyendo la sociedad japonesa de tres maneras: impulsando sus propias iniciativas en áreas en las que hace falta una respuesta del gobierno (por ejemplo haciendo negocios de cuidado de niños para madres trabajadoras, auxilio en caso de desastres, etcétera), apoyando políticas orientadas a la revitalización de Japón (programas de estudio en el extranjero y enseñanza del inglés en escuelas) y haciendo más grande la esfera liberal y de información abierta (enfatizando diversidad, empoderamiento femenino e individualismo).

Unidos, la generación del 76 es capaz de contrarrestar los discursos de odio y xenofóbicos de la derecha que ha dominado recientemente en los medios japoneses. De hecho, es probable que a la larga terminen ganando.En octubre del 2012, por ejemplo, una encuesta del gobierno encontró que menos japoneses percibían desigualdad de género en el trabajo hoy en día que antes, más personas creían en oportunidades educativas iguales para hombres y mujeres, y menos mujeres jóvenes aspiraban a ser amas de casa de tiempo completo. Otra encuesta del Pew Research Center mostraba que la mayoría de japoneses ahora acepta a grupos como la comunidad LGBT. Muchos de ellos desaprobaban el rearme de Japón. Por último, una preocupación constante es la falta de interés en contraer matrimonio.

desastre de Fukushima

Existen varios factores detrás del auge reciente de la generación del 76, comenzando con el terremoto del 2011, el posterior tsunami y la crisis nuclear que agitaron la confianza pública y el estatus quo. Antes del terremoto, la mentalidad general era “aferrarse a lo que se tiene”, en palabras de Hiromi Matsubara, presidente de la Fundación de Surfistas de Japón. “Pero ahora todos saben que el empleo de por vida ha llegado a su fin, el gobierno apesta y no hay seguridad social. Sin seguridad, uno puede incluso intentarlo… la gente se ha dado cuenta que puedes perderlo todo.”

El segundo factor que ha contribuido es la creciente ansiedad respecto al crecimiento de Corea del Sur, que Japón siempre consideró un rival económico, y de China, que tomó el lugar de Japón como la segunda potencia más grande en el 2011. La vejez y el decrecimiento de la población japonesa también son problemáticos. En este punto, muchos japoneses han llegado a la conclusión que el país no tiene otra alternativa que el cambio. “Japón está bajo presión de China y de Corea, y los japoneses sienten esa presión”, dijo Yuichi Hosoya, profesor de la Universidad de Keio y quien ha sido consejero del Primer Ministro. “Algunos jóvenes se sienten aislados o perdidos, así que intentan tener una identidad nacional más fuerte. La población más vulnerable de la sociedad se aferrará a una gran identidad nacional, mientras que los más fuertes apuestan a lo global.

Un tercer catalizador es la naturaleza cambiante del hogar japonés. Una tercera parte de los hogares ahora están ocupados por una persona, con respecto a una cuarta parte hace una década y una quinta parte en 1980. Para el 2035 se espera que constituyan el 40%. De acuerdo a Yoishi Nishimura, miembro del comité del periódico japonés Asahi Shimbun, estos llamados “refugiados de familias no están ligados a valores conservativos, pero tampoco tienen familias propias”. Otra tendencia demográfica relacionada es el declive del número de matrimonios. La gente soltera de los 35 a los 44 viviendo con sus padres es hoy en día de tres millones, o 16% de la población total, un aumento significativo del 10% en el 2000 y de tan sólo 2% en 1980. La población que ahora entra a la mediana edad sienten una mayor frustración ante la falta de opciones.

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En cuarto lugar, un cambio generacional está impulsando nuevas posturas sobre la participación en sociedad civil. De cierta forma, esta actitud es resultado del resentimiento hacia la generación de los baby boomers de 1947 a 1949, que disfrutó de los años del crecimiento de la burbuja, dejando atrás un estancamiento económico y que tenía más confianza del gobierno. De acuerdo a un estudio reciente de la firma de relaciones públicas Edelman, la confianza pública hacia el gobierno cayó del 63% a un 8% después del terremoto del 2011. Como lo menciona Kensuke Onishi, “sentimos que la generación de los baby boomers era egoísta… y nuestra generación, los bebés de los baby boomers es más activa en el trabajo voluntario. Cuando dije que quería trabajar en una ONG, los boomers se sorprendieron; dijeron que era un desperdicio y que era un tonto. Nadie estaba orgulloso de mí en Japón. Pero ahora está cambiando”.

Finalmente, y tal vez más importante, la retórica pública de la administración de Abe ha ayudado a abrir el diálogo internacional a nuevas ideas. Mucha gente encuestada por Foreign Affairs dijo que los discursos de Abe sobre la importancia de la mujer en el dinamismo económico han permitido a los japoneses hablar con mayor libertad sobre diversidad y género en el trabajo. “Hoy en día, la mayoría piensa que los hombres mantienen los puestos gerenciales. Pero de repente Abe ha cambiado la perspectiva al decir que los roles de la mujer deben cambiar, iniciando un nuevo debate”, dijo Koichi Kaneda de Takeda Pharmaceuticals, una compañía que se ha vuelto popular por sus políticas progresivas.

mujeres trabajando

En cuanto al tema de la mujer en el trabajo, por supuesto es una solución práctica a los problemas del envejecimiento de la población y la disminución de la mano de obra. Es una solución mucho más realista que permitir números masivos de inmigrantes o tratar de aumentar la tasa de natalidad. En los últimos diez años, varios líderes corporativos han apoyado el crecimiento de las mujeres. Sin embargo, aunque el gobierno reconoce la importancia de la mujer, en muchas compañías todavía se sigue juzgando a la mujer emprendedora.

Kazuma Ieiri

Si las nuevas élites tienen éxito, podrían cambiar el arena política de Japón para bien. Muchos de la generación del 76 mencionaron que quisieran ver que sus políticos pusieran más atención a las necesidades de las generaciones jóvenes apoyando a las madres trabajadoras, por ejemplo, incluso si esto representa un sacrificio para los mayores. Muchas personas mencionaron a Kazuma Ieiri, de 35 años como un modelo a seguir. Ieiri impulsó una compañía de internet en sus veintes y se postuló como gobernador de Tokyo en el 2014. Terminó en quinta posición de 16 candidatos. El ganador fue un miembro del partido mayoritario. Sin embargo, mientras los miembros del partido continúen envejeciendo y los de la generación del 76 continúen avanzando, las oportunidades para Ieiri y sus amigos en elecciones futuras mejorará. La política japonesa necesita desesperadamente sangre nueva y nuevas ideas, y la generación del 76 ofrece un abanico amplio de ambas.

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